Un daño permanente e insidioso disfrazado de bienestar animal
Bajo la percepción de sobrepoblación animal se ha generado todo un movimiento que propende por las esterilizaciones como método definitivo para el control. Sin embargo, es absolutamente relevante comprender que para que exista una sobre población, primero debe establecerse un número de población.
Por: César Camilo Ruiz / Vicepresidente VEPA
Las alcaldías y por supuesto, el Ministerio de Ambiente, son los llamados a determinar si el municipio acepta una población mínima de animales o no, y establecer la cantidad de animales que pueden habitar en la calle con el fin de conocer el tamaño de la población a intervenir; esto permitiría claramente definir una metodología, insumos, recursos, etc., como planteamiento inicial. De esta manera y únicamente con la definición clara de la población objetivo más una tasa de natalidad esperada, migración de ciudades, y otras variables, se lograría evaluar claramente los resultados de las cirugías, el impacto en la población y generar una proyección en tiempo para reintervenir.
Nos debemos apartar de la idea de que un animal es malo para la sociedad por su condición natural de tener ovarios o testículos, aportando criterio médico a la situación donde la voz de los que no tienen voz, parece hacer una carrera enloquecida por erradicar de la faz de la tierra a todo animal que entra en sus intereses particulares, económicos y políticos.
Es clara la desinformación que se ha venido generando en algunos sectores del país que son apartados de los aspectos técnicos profesionales de la salud animal, la salud pública, control fitosanitario y de fronteras, el mantenimiento del abastecimiento proteico y lácteo entre otros que son el norte de la medicina veterinaria y zootecnia del país. Así mismo, con campañas hitlerianas de esterilización y mediante el uso de grandes cantidades de recursos públicos, se persigue a cuanto perro o gato esté a la vista, con el fin de inflar el número de procedimientos realizados y que muchas veces son posturas que obedecen a percepciones personales alejadas de las necesidades de los animales. Es clave comprender las competencias de una profesión orgullosa y digna de mantener a este país libre de enfermedades zoonóticas en la medida de lo posible, por las condiciones geográficas y ambientales del territorio nacional, que a su vez permite el disfrute o producción de los animales según su finalidad.
Todas las prácticas anteriormente mencionadas se salta la normativa nacional vigente con el fin de llevar a cabo sus propósitos abolicionistas basados en percepciones distorsionadas de la realidad, donde se tiene la idea que la castración de animales es un acto de amor y bienestar animal por sí mismo, sin evaluar de fondo la situación real a la que se someten los propietarios, y la penosa vida de los animales de compañía en condición de calle que tienen que pasar por estas prácticas sin que medie una razón médica para tal fin.
Con el afán de hacerse sentir y en algunas oportunidades buscar el apoyo de entidades del Estado, han surgido campañas que no parecen tener un norte, pues no cuenta con una población objeto clara y resultados que permitan evaluar la gestión de manera adecuada. Solo se muestra una danza de millones de pesos de recursos públicos invertidos, además de un número de animales operados que no permiten determinar el efecto en la población de animales a tratar y por supuesto, más desenfocada al no contar los animales de calle como un objetivo específico y se amplía el rango de cobertura a los de estratos 2, 3, 4 , 5, 6 todos mezclados como resultados de gestión lo cual en la práctica no es posible evaluar ni tendría un efecto esperado en la población animal a controlar.
Un efecto colateral ante la falta de planeación ligada a parámetros medibles y tangibles de población animal a intervenir, ha hecho que se transforme un tema de interés social, en un tema político, puesto que ven en una iniciativa de la ciudadanía un nicho electoral y réditos políticos los cuales se capitalizan generando campañas de esterilización gratuitas sin que importe las condiciones en las que se realizan los procedimientos. En algunas ciudades se logran establecer visitas a localidades donde con previa intervención política llegan dichas campañas a atender perros y gatos con la debida cédula de sus propietarios, dejando a los animales en condición de calle fuera de estas intervenciones.
Es de esperarse que, con una buena articulación entre las entidades, el apoyo de los grupos sociales y unas reglas de juego claras, se lograría unos resultados acordes con las necesidades. De otro modo, encontraremos que lo que ocurre actualmente, no solo no soluciona el problema, sino que además generan daños sociales y profesionales, que vinculan a más actores a intervenir en una problemática cada día más grande y desproporcionada. Un ejemplo claro es que al impulsar a la sociedad a creer que las esterilizaciones brindarían bienestar animal sin medir las consecuencias, ha ocasionado que más personas intenten aprender técnicas por su cuenta con el fin de ayudar, realizando procedimientos profesionales en absurdas condiciones de salubridad, generando graves riesgos para la salud pública al producirse desechos biológicos nocivos para la población, materiales corto punzantes, restos de animales, frascos de medicamentos de control por parte de estupefacientes, etc, lo cual está prohibido por ley transportarlos de un lugar a otro y solo pueden ser recolectados por empresas avaladas por autoridades ambientales dada la peligrosidad.
Un gran problema derivado de la falta de planeación son los carros o remolques acondicionados para adelantar procedimientos, pues estos NO cuentan con el debido AVAL del Ministerio de Transporte y por tal motivo, la autoridad sanitaria se ve impedida en adelantar sus controles de inspección y vigilancia, permitiendo que se generen grandes riesgos no solo para el animal, sino para la población en general. Es claro que en la actualidad también se cuenta con vehículos realmente equipados para tal fin y con profesionales capacitados, sin embargo, también generan inconvenientes con los mismos colegas de profesión debido que a la luz del código de comercio se pueden enmarcar en una competencia desleal.
En conversación directa con el Ministerio de Salud, es clara la postura y que para ellos el ideal es la contratación de clínicas establecidas físicamente que cumplan con todos los requisitos de ley, pues que estas además de estar legalmente constituidas, pueden prestar los servicios pre, trans y postquirúrgicos necesarios. Al estar distribuidas en toda la ciudad se puede dar una mejor cobertura sin que se presenten los traumatismos que generan los vehículos en la actualidad. Cada día toma más auge la prestación de servicios a domicilio que incluyen ya no solo las cirugías, sino además rayos x, peluquería y venta de insumos pecuarios en el mismo automotor, entre otros.
Otra problemática en el uso de carros o sitios móviles para hacer procedimientos, es la no tenencia de permisos de uso de suelos que en algunas oportunidades a través de entidades del estado y por necesidad de ejecutar proyectos, son brindados para poder actuar en lugares donde profesionales que cuentan con todos los demás requisitos menos este, deben pensar en cómo montan campañas de cirugía frente a sus locales, las cuales no cuentan con las medidas necesarias para la atención de los animales. Hasta aquí una breve y superficial visión de una problemática rutinaria ocasionada por la falta de planeación en la ejecución de estos proyectos, donde la integridad física de los animales es afectada y de manera permanente.
La ambición de ir por más cada día, ha llevado a operar animales desde los 2 meses edad en adelante y todo esto sin saber ni tener clara la posibilidad de evaluar si se logró reducir o no la población, el tiempo de efecto, la tasa de natalidad esperada y más grave aún el efecto en el animal a mediano y largo plazo.
Quien gerencia una clínica podrá dar fe que llegan animales ingresados a cirugía 2, 3 y hasta más veces para hacerlos pasar como positivos operativos de estas campañas, sin que entremos en detalle de la gran cantidad de animales con afecciones postquirúrgicas como el síndrome de ovario remanente, adherencias viscerales, entre otras. Es de aclarar que tenemos conocimiento de esto porque la gran mayoría de animales tienen propietario y acuden a nuestras consultas para superar las dolencias que en muchos casos son fatales; me pregunto ¿los recursos públicos se pueden invertir en favorecer la tenencia de un lujo como lo es una mascota?
En hembras existe la evidencia médica que hay una reducción en la aparición de tumores de glándulas mamarias al operarlas antes del primer año de vida que puede alcanzar el 95%, este porcentaje va declinando con los años hasta alcanzar los 5 años; edad en el cual no existen evidencias científicas que la cirugía tenga alguna incidencia en evitar dicha patología. Sin embargo, también es reconocido por la gran mayoría de las personas que han operado sus animales y por supuesto por los cirujanos y clínicos de la medicina animal, que posterior a la cirugía, se presentan problemas como: obesidad, hipertensión, hipotiroidismo, incontinencia urinaria, artritis, cardiacos, diabetes entre muchos otros tanto en machos como en hembras todos estos crónicos e insidiosos, con tendencia a ir afectando otros órganos del animal de manera irremediable e irreversible. Al realizar consultas a los profesionales de la medicina veterinaria de pequeños animales de 10 animales operados, la presentación de estos síntomas indeseados puede presentarse entre 6 a 8 animales, lo que constituye claramente una iatrogenia puesto que sabemos que de 10 animales que operemos al menos el 60% de estos enfermarán irremediablemente. Es de aclarar que un animal con propietario responsable, el manejo médico puede hasta cierto punto controlar más no curar los síntomas, me pregunto si el bienestar animal no debe garantizarse también a los animales sin propietario los cuales deben lidiar con todas estas patologías sin soporte médico que van a reducir su calidad y tiempo de vida.
Para terminar, es importante tener claro que si un médico veterinario fomenta las esterilizaciones a tal punto de convencer al propietario y a este animal le pasa algo o muere y el profesional se ve inmerso en una denuncia ante Comvezcol, así tenga actas de consentimiento e historias clínicas, su panorama no será tan bueno debido a que no media una necesidad médica para realizar este procedimiento que justifique la necesidad de convencer al propietario de realizarla. Como estas pueden existir más razones que hace necesaria la reaparición de la medicina veterinaria reproductiva que pueda profundizar en el tema y brindar mayores aportes al control poblacional de animales en condición de calle y que por supuesto, los alcaldes puedan intervenir de manera efectiva en la atención de esta problemática.
4 Comments
Artículo mediocre, no hace un abordaje completo y profundo de la problemática real y del impacto de la reproducción descontrolada en la salud pública de los municipios, es un artículo que dice «nadie lo hace bien» sin proponer una postura que permita una solución viable, muchos juicios de valor, términos como «hitleriano» usados a la ligera, no hace más que generar un discusión bizantina que no alienta a mejorar nada. Triste leer esto en un medio especializado.
Hola Alejo muchas gracias por participar de la discusión.
Este es un espacio para la opinión y que cada parte exponga su postura.
Te invitamos a generar la tuya y con gusto podremos exponerla.
Puedes enviar tus artículos de opinión al correo alex@eleditor.co
Respetamos todas las posturas y en ningún momento vetamos opiniones.
Declaraciones poco acertadas y alejadas de la realidad. Procedimiebtos bien hechos en general producen bienestar tanto a hembras como a machos, disminuye la presentación de cáncer de aparato reproductivo, enfermedades renales en los machos como consecuencia de problemas prostáticos no resueltos a tiempo, y en la hembra canina la complicación de el piometra el cual se presenta con mucha frecuencia. Los machitos dejan de vivir reprimidos sexualmente ya que la necesidad la mantienen .para mí después de muchos años son muchísimos los beneficios y pocos los factores en contra que sería aume yo de peso por baja de metabolismo , el cual se puede controlar con ejercicio y dieta
Me pare e muy veraz lo que miestras ya que a los gobiernos tal parece que les interesan los numeros y no los pacientes. A los Veterinarios en México nos tratan como personas que deben realizar estos procediminetos con principios de mmmmm zootecnia como hacer mas en menor tiempo y usando el minimo de recursos, generando autenticos colegas mac giver donde entre menos gastes y mas reutilices eres mejor. La verdsd siempre he promovido que nuestra profesión sea valorada tanto como la de los medicos cirujanos. Me parece bien para el tipo de articulo que es ua que no es un articulo cientifico. Gracias por la informacion.