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Yeiner Mayo: Una historia de pasión y tenacidad 

Muchos niños juegan con carros, bloques de construcción o pelotas de futbol, Yeiner en sus manos rara vez tuvo uno de esos juguetes, su compañía ideal eran unas tijeras. Junto a su perra se aventuró en el mundo de la estética canina, lo que al principio era un juego de niños se convirtió en su profesión y forma de vida. 

Cuando Yeiner tenía tan sólo 11 años su perra Canela era su única y mejor cliente. Pocos sabían que él era quien la arreglaba, con su corta edad conocía demasiado sobre la peluquería canina lo suficiente como para que profesionales se asombraran al ver su trabajo. La curiosidad y la pasión por este mundo lo llevaron a investigar más, las respuestas las encontró en internet y en videos de YouTube. Y así, entre videos de YouTube, tijeras y su perra pasaba su niñez. 

Los juegos de un niño formaron un profesional 

Los inicios de este pereirano se remontan al año 2006 cuando siendo tan sólo un niño decidió que quería tener su primer cepillo canino. Llegó con su perra, Canela, a la agropecuaria la Hacienda; el asombro fue la emoción que lo inundaba, nunca antes había visto en persona tanta cantidad de elementos de la estética canina.  

El vendedor fue el primero en impactarse, pocas veces llegaba al lugar un niño buscando elementos para la peluquería canina. Pero la tenacidad de Yeiner le mostró que él si era capaz. Es en ese momento donde empieza la historia de este gran peluquero canino. 

Yo iba con la intención de comprar mi primer cepillo, pero se abrieron muchas oportunidades 

Yeiner Mayo

Y es que el dueño de la agropecuaria vio en Yeiner lo que todo aquel que lo conoce ve: pasión. Y así le ofrece una oportunidad única para un niño de 11 años, poder entrar al mundo de la estética canina.  

YouTube no fue suficiente para ser el mejor 

Cuando Yeiner empezó en el mundo de la estética canina pensaba que sabía lo suficiente, cortaba, bañaba y drenaba y pensó que quizás no necesitaba más. Sus conocimientos se los debía a Google y a YouTube y al ver que había prendido todo lo que encontró en internet se sintió capacitado para trabajar.  

Pero cuando conoció a Gustavo Echeverry, un médico veterinario zootecnista de la región, la burbuja de conocimientos en la que vivía se explotó. El Dr. Gustavo era un apasionado por los perros de exposición y tenía un vínculo fuerte con el grupo canino del eje cafetero, allí conoció a Yeiner. 

Vio en sus ojos humildad y unas ganas grandísimas de superarse y salir adelante y no pudo negarse a enseñarle lo que sabía. Yeiner con Gustavo aprendió más de lo que nunca pensó y se dio cuenta que durante mucho tiempo estuvo haciendo las cosas mal, no porque quería sólo porque no sabía cómo se hacían.  

El Dr. Gustavo le dio los conocimientos que necesitaba, se convirtió casi en su mentor. En esa época no existían academias de estética canina y él decidió enseñarle. Yeiner no tenía dinero, así que cambiaba las clases por arreglarle a sus perros, nunca le incomodó a fin de cuentas siempre hacía su pasión. 

El empeño por querer aprender, no quedarse con lo que sabe, avanzar un poco más. Querer aprender cosas nuevas diferentes, eso es lo que lo ha motivado y lo ha llevado hasta acá. 

Patricia Duque: su otra mentora 

En el camino de enseñanzas del Dr. Gustavo llega a su vida Patricia Duque. Esta mujer recurre a él cuando un día, por los azares de la vida, ya no podía a arreglar a sus perros. Yeiner emocionado acepta y al llegar a su casa se enamora de como ella convirtió de su hogar su trabajo. 

Aún con un poco de la inocencia que cargaba de niño Yeiner llevó su primer corta nudos, ese mismo que lo acompañó durante tantas batallas y que creía que sería suficiente para este trabajo. Pero al llegar la sorpresa fue otra, los perros de Patricia tenían unos nudos gigantes y su corta nudos no sería suficiente. 

 

Pero Patricia vio en Yeiner pasión y el brillo en sus ojos le mostraban que este joven en realidad quería dedicarse a esto toda su vida. Con paciencia le dio las indicaciones necesarias para aprender a trabajar con ese tipo de perros y después de una larga jornada de más de 8 horas Yeiner lo logró. Y ese logro se sintió como uno de los más satisfactorios de su carrera.    

Al día de hoy, muchos años después, la técnica que Patricia le enseñó la sigue utilizando. 

Aprender y seguir aprendiendo, la clave del éxito 

Yeiner hace un llamado a todos sus colegas, incluso es un consejo que a cualquier persona le serviría: Siga estudiando. Él es la prueba clara de que nunca es suficiente, sobre todo cuando del conocimiento se trata. 

Los videos de YouTube le enseñaron como iniciar en este mundo, pero nunca hubiera llegado al punto en el que está de haberse quedado sólo con esos vídeos. La humildad le hizo bajar la cabeza y aceptar que aún tenía mucho por aprender y que la mejor forma de hacerlo sería en manos de los mejores de la industria. 

Yo invitó a que así sean empíricos si ven a algún semanario, alguna persona que va a dar una capacitación. Vayas, lo tomes.  O si quieres llevar tu conocimiento a otro nivel, si quieres ser mejor para ti, prepárate siempre va a ser la mejor inversión 

Yeiner Mayo
Por: L aure n F ranc o 

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