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Dermatitis atópica en perros

Los perros y los humanos afectados por el eccema atópico tienen mucho en común en cuanto a los síntomas médicos y la aparición de la enfermedad.

Usando un nuevo método de mapeo de genes, los investigadores han descubierto un vínculo entre la dermatitis atópica en perros y diferentes regiones del genoma. Algunos de los genes identificados coinciden con genes asociados con problemas similares en humanos. Por ejemplo, una región del gen de la filagrina que se considera el factor de riesgo más fuerte para el eccema atópico en humanos ahora también se asocia con la enfermedad en los perros perdigueros de Labrador.

Los hallazgos se informan en un nuevo estudio realizado por el Grupo de Genética Canina de la Universidad de Uppsala y la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, que ha estado investigando el campo durante más de una década en colaboración con colegas en Suiza, el Reino Unido y más recientemente. La secuenciación del genoma se hizo posible a principios de la década de 2000. Desde entonces, la secuenciación del genoma canino ha demostrado ser invaluable para los investigadores que buscan comprender el genoma humano.

Los perros han vivido junto a los humanos durante decenas de miles de años y sufren enfermedades similares, incluidos trastornos del sistema inmunitario como la dermatitis atópica (eccema alérgico). El uso de muestras de sangre combinadas para estudiar la genética de la enfermedad canina también puede proporcionar pistas sobre la etiología de la enfermedad humana.

Los perros y los humanos tienen mucho en común

Los perros y los seres humanos afectados por el eccema atópico tienen mucho en común en cuanto a los síntomas médicos y la aparición de la enfermedad, así como una infiltración similar de células inmunitarias en la piel desde el punto de vista histopatológico. La enfermedad tiene antecedentes genéticos complejos en ambas especies y también está influenciada por factores ambientales.

“Es fundamental que el eccema atópico se diagnostique correctamente mediante la eliminación cuidadosa de otras posibles causas no alérgicas de los síntomas del paciente, seguido de una prueba de alergia positiva”, señala Kerstin Bergvall, veterinaria especialista en dermatología que ha participado en la investigación desde el comienzo.

Recientemente han surgido nuevas formas de mapear enfermedades complejas a medida que la tecnología de secuenciación genética continúa avanzando. En el estudio publicado, los investigadores utilizaron un método para capturar múltiples variantes de riesgo genético asociadas a enfermedades y otro para detectar enfermedades «ocultas» en el genoma causadas por rasgos seleccionados de mutaciones de reproducción artificial.

“Los nuevos métodos permiten encontrar nuevos factores de riesgo que se han vuelto comunes en la raza específica, quizás debido a la selección por otras características”, indica Katarina Tengvall, investigadora de la Universidad de Uppsala y una de las autoras del estudio. «Los genes candidatos identificados aquí son importantes tanto para la naturaleza de la barrera de la piel como para la defensa inmunitaria, como se esperaba en el eccema atópico”.

Este estudio encontró varias superposiciones o congruencias con los genes de la dermatitis atópica humana. Un descubrimiento particularmente sorprendente que los investigadores han hecho ahora en este estudio es que se cree que la región genética que contiene el gen de la filagrina es el factor de riesgo genético más fuerte para el eccema atópico en humanos y perros.

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