Dra. Lucía Botero Espinoza: Medicina, Música y Equidad de Género
Lucía Botero es médica veterinaria de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia, tiene una maestría en Patología y un doctorado en Ciencias Biomédicas. Hoy en día se dedica a su pasión, la patología veterinaria, y es además la decana de la misma facultad que la vio crecer como mujer y profesional.
La academia captura a Lucía
Esta bogotana nos cuenta que desde el colegio ya sabía que quería ser médica veterinaria, sin embargo, a temprana edad la vida pondría a prueba su resiliencia. Su meta era la clara, entrar a la Universidad Nacional de Colombia. Su primer intento por pasar a la nacional fue fallido, luego vino un segundo intento y tampoco. Cualquiera se habría dado por vencida, pero Botero estaba convencida que ese era su destino, así que estudió muchas matemáticas, se presentó por tercera vez y literal “la tercera fue la vencida” ingresó a estudiar medicina veterinaria y zootécnica en la gloriosa Universidad Nacional de Colombia. Al graduarse ella tenía la idea de iniciar su propia clínica veterinaria, pero las cosas no se dieron y este proyecto se pausó. Para entonces su profesor de patología el doctor Carlos Iregui, con el cual realizó su tesis, le dijo: “pues haces postgrado conmigo” y así fue, casi a los seis meses de ser egresada del pregrado la doctora Botero empezó a hacer la maestría en el área de patología. Ella recuerda con cariño que: “…en esa época la Unidad de Patología no era tan importante como en el día de hoy. Estaban dos profesores entre ellos el Dr. Iregui con unos pocos estudiantes”. En paralelo, durante el segundo año de la maestría, la universidad publicó un concurso para ser docente de planta, Lucía Botero Espinoza se presentó y como una reposición de la vida esta vez sí pasó al primer intento, así fue como inició su vida como docente de patología. Son ya 25 gratificantes años en que esta médica veterinaria ha formado jóvenes profesionales en la que ha sido el alma mater de médicas y médicos veterinarios que desde diferentes enfoques han cambiado la vida no solo grandes especies y animales de compañía, sino también de familias multiespecie.
Su amor por la patología
Tal vez una de las características de los grandes maestros es la simplicidad con que entregan a sus estudiantes los conocimientos, y es así como la Dra. Lucía nos explica la patología: “Los patólogos estudiamos la enfermedad. Nuestro que hacer es el diagnóstico, tanto de masas o muestras que se manden de animales vivos como de necropsia o partes para diagnosticar la muerte de los animales”.
“Hay un chiste sobre el patólogo: dicen que nosotros tenemos la verdad, pero cuando todo se sabe ¿ya para qué?” Botero nos indica que lo que ama de la patología es la certeza, es algo que está en su personalidad observadora y práctica. “yo miro una lámina, y digo esto es parvovirus, uno aprende a ser más observador de lo que es normalmente” y por eso la patología complementa la labor que se realiza en la clínica. Además, la doctora Lucía hace énfasis en la importancia que tiene la tecnología y los equipos en el trabajo diario de patología.
El microscopio es su fiel compañero de trabajo y le permite ver mucho más allá de lo que su aguda primera impresión atrapa, como ella lo menciona: “esas capas de observación”.
De estudiante a decana ¿Qué ha cambiado en términos de equidad de género?
Para la doctora Botero se ha ganado mucho terreno en términos de equidad de género. Recordando ella, su época de pregrado hace cuentas de 50 estudiantes, de las cuales 5 eran mujeres, además de tener un fenómeno similar en el mismo personal docente.
Debemos ser conscientes de que en ese momento estaba presente un machismo normalizado por la sociedad, y como ella misma nos relata, se daban tratos que a los ojos de los demás no generaban una reacción negativa, como la veríamos hoy en día: “Tuve un profesor que nos decía: ¿usted qué hace aquí? ¿Por qué no está cocinando en su casa”.
Esto va atado a los estereotipos que se han venido desdibujando, donde se creía que ciertas funciones o roles son propios del género. En aquella época se esperaba que las mujeres se ocuparan del hogar y los hombres de trabajar. Aunque hemos avanzado hoy en día, hay muchos estereotipos que permanecen, como la creencia de que el hombre es de las labores pesadas, roles de mayor poder y la mujer es más administrativa y roles del cuidado.
Por eso es valioso cuando en nuestras vidas tomamos una pausa y miramos atrás el camino que hemos recorrido, por más cuesta arriba que sintamos lo que vivimos en el momento, siempre podremos evidenciar que hemos avanzado mucho y tomar fuerzas para seguir adelante. Hoy podemos decir que la Dra. Lucía Botero es la tercera mujer decana, ya son 19 profesoras de 60 docentes de la facultad y ahora en las aulas la proporción de género está a la par o incluso en su mayoría son mujeres. Gran parte de este logro es gracias a mujeres que han creído en sí mismas y han dicho: “Yo soy capaz”
La música y el deporte es la medicina de Botero
Hemos hablado en varias oportunidades de lo importante que es tener otras actividades que nos ayuden a salir de la rutina y sus preocupaciones. Para la doctora Lucía hay una mezcla de dos aficiones: música y deporte.
La música siempre fluyó por sus venas, ella estudió guitarra clásica, hizo parte de un grupo Llanero Femenino, es cuatrista y después de realizar su doctorado en Argentina trajo consigo un bandoneón, e hizo parte de la Orquesta de Tango de Bogotá.
Por eso cuando Botero toca un instrumento, halla en él un espacio de expresión y armonización en su vida. Además, la decana de medicina veterinaria y zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia practica natación, considera por muchos como uno de los deportes que más beneficia el cerebro y la salud mental. Finalmente, la doctora nos comparte que, ante un problema, que puede desequilibrarla, realmente ella no opta por la preocupación, al fin y al cabo, eso no da solución. Esta es una posición natural que es de aplaudir y resulta relevante, aquí evidenciamos como ella derriba las barreras a través de la autoconfianza y la determinación.
Oportunidades para avanzar en equidad
La Universidad Nacional de Colombia está comprometida con abrir espacios de equidad y visibilizar los frutos que han cosechado, estudiantes, profesoras e investigadoras. Parte de ese objetivo viene de unos foros que se programarán, en los que la doctora Lucía viene trabajando con otras profesoras de la Facultad, llamados: Mujeres científicas y Académicas de la FMVZ. A veces le proponen una charla o conferencia a una profesora, y ella dice: “Porque mejor no le dice al profesor X o Y” y es aquí donde se ve una conducta a veces no tan evidente en la que la misma mujer perpetúa esos sesgos. Al final del día todo parte de creer que se es capaz y asumir los retos que nos trae la vida. Todavía hay mucho camino por recorrer en el reconocimiento que la mujer está en la capacidad de darse a sí misma y sus habilidades, por esto se registra en diferentes estudios que las mujeres profesionalmente activas, tienen una tendencia más marcada a sufrir de síndrome del impostor, fenómeno psicológico en el que las personas no se sienten merecedoras de reconocimientos fruto de su trabajo y esfuerzo, por la sensación de no estar a la altura. Y es que de la universidad Nacional ya han surgido muchas mujeres líderes en montaje de su propia clínica veterinaria, investigación y desarrollo e incluso talentos que son importados por otros países. La misma doctora Botero nos cuenta: “hay una Dra. que es cirujana y ya montó su propia clínica solo en cirugía, tenemos dermatólogas y otras especialistas que ya son referentes en sus temas, hay una profesora en cirugía de grandes animales que acabó de ganar concurso, una médica de grandes animales que tiene una Clínica de Potros en la Sabana muy reconocida y muchas más. Entonces eso es lo que queremos visibilizar hoy, ¡que sí se puede!”.
“Para la Universidad Nacional más importante es formar ciudadanos éticos para la vida.”
Dra. Lucía Botero Espinoza
¿Y los hombres qué?
Para Lucía Botero uno de los trabajos más importantes del hombre es reconocer la paridad de género, y eso va desde el mismo lenguaje que se utiliza: “decir la niña no, es la doctora”.
Hay situaciones con colegas en los que se desacredita la opinión que da una doctora y se pide al doctor corroborarla, en este caso lo correcto es que ese médico, corrija esa conducta y le de validez a lo que la doctora está diciendo o recomendando, es decir, derrotemos el escepticismo en la capacidad de liderazgo de las mujeres. Definitivamente el trabajo del vocabulario es algo que incluso no aplica solamente para la industria de animales de compañía, todavía se escuchan conversaciones jocosas en las que ingresamos frases como “es que está en sus días” y eso es lo que socialmente debemos deconstruir entre todos
“Yo creo que ustedes han visto la cantidad de médicas y médicos veterinarios que Colombia está produciendo y eso es algo que debemos celebrar y mostrar indiscriminadamente del género.” Lucía Botero