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La obesidad en mascotas, peligro latente

El sobrepeso, como otros muchos males humanos, llegó al mundo animal. Consejos para evitarle ese mal.

Un estudio publicado por la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad con los Animales (Aspca) encontró que en los últimos diez años el número de perros con sobrepeso aumentó el 158 %; el de gatos, 169 %.

La red de hospitales estadounidenses Banfield Pet Hospital dice que el problema de gordura en las mascotas afecta a dos de cada cinco perros y gatos.

En Colombia, el problema no es menor. Médicos veterinarios dicen que la mitad de las consultas están relacionadas con problemas de peso o desequilibrios por una mala alimentación.

 

Los factores que favorecen la obesidad, ha detallado, están relacionados con la raza, la edad, el sexo -la incidencia en hembras es casi el doble-, la actividad física o la elección de un tipo de pienso inadecuado. Este cúmulo de complicaciones, señaló el estudio de Aspca, motiva que los dueños de mascotas obesas se gasten un 17 % más en atención veterinaria y un 25 % más en medicación, que los dueños de perros que están en forma.

En el caso de los gatos, los gastos se incrementaron en un 36 %. En plata blanca, estos dueños gastan entre 1.000 y 2.000 dólares adicionales cada año en atención médica de sus animales.

La investigadora de la Universidad Nacional Myriam Acero publicó en el periódico de esa institución una investigación en la que señala a la obesidad como una consecuencia de la humanización de las mascotas. “Por ejemplo, hay casos en los que se les da alimentos como helados o dulces, pensando que merecen disfrutar de los mismos gustos humanos, llevándolos a problemas de sobrealimentación”.

Otros veterinarios hablan de la mala costumbre de darles comida de la mesa. “Ofrecer comida de la mesa a los animales no solo los malcría, sino que les causa problemas metabólicos y cardiacos”. Otro caso que expone la doctora es el de los costosos tratamientos a los que se deben someter algunos animales de compañía cuando se enferman, y hasta qué punto las familias pueden asumir ese gasto. “Es muy complicado por falta de recursos tener que hacerle eutanasia a un miembro de la familia”.

Entonces, ¿no se les puede dar comida de la casa? Hay veterinarios que dicen que sí. Marta Pérez explica que ellos pueden comer carne y pollo cocinados, verduras como zanahoria y hasta frutas como manzanas, peras y papaya… Otros dicen que en el concentrado están todos los nutrientes, pero que hay que darles la cantidad indicada. “El problema es la sobrealimentación”, señala Doblas.

Un estudio de B&Óptimos y Fenalco, publicado por la revista Dinero, dice que 10 millones de perros y cuatro millones de gatos son alimentados en Colombia con concentrados. El mismo informe señala que en el país se venden aproximadamente 150.000 toneladas de concentrado.

Así que recuerde, las necesidades nutricionales de sus paciente dependen de su edad, tamaño, peso y costumbres: un animal sin vida activa necesitará comer menos que uno que sí corre y tiene actividad física. Si usted se decide recomendar concentrado, dele las porciones indicadas; si decide que lo mejor es la dieta casera, asegúrese de incluir todos los grupos alimenticios, como proteínas, vitaminas, minerales, flora probiótica, oligoelementos, grasas y fibras.

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