Rodrigo Tardón: Una mirada que transforma la oftalmología veterinaria
«Mi padre era ciego. Nuestra vida en casa se vivía en la oscuridad». Así arranca el testimonio del Dr. Rodrigo Tardón Brito, médico veterinario especializado en oftalmología, cuya historia personal se entrelaza con su vocación profesional. Para él, el estudio del ojo no fue una elección académica, sino una forma de honrar la vida familiar y convertir una realidad dolorosa en propósito de vida.
Con más de 34 años de ejercicio clínico y más de dos décadas dedicadas a la oftalmología veterinaria, el doctor Tardón se ha convertido en una de las voces más autorizadas de la región. Su trabajo clínico diario se complementa con un fuerte compromiso académico y una mirada aguda —y nunca mejor dicho— sobre los desafíos que enfrentan los médicos veterinarios frente a las enfermedades oculares, en especial en razas braquicefálicas.
Un reto formativo que sigue vigente
“La oftalmología sigue siendo una deuda en la formación veterinaria”, advierte Tardón. Según él, muchas universidades aún abordan esta área de forma superficial, dejando a los egresados con vacíos que solo pueden ser resueltos con educación continua y experiencia clínica.
“El desafío era saber lo que no sabíamos”, confiesa. Y es que ese vacío no solo limita el diagnóstico oportuno de patologías oculares, sino que impide salvar visiones —y en muchos casos, ojos— que podrían haberse preservado con un manejo temprano.
Los braquicefálicos: pacientes oftalmológicos por naturaleza
Uno de los temas centrales de la entrevista fue la alta incidencia de enfermedades de superficie ocular en razas braquicefálicas como el pug, bulldog inglés y francés, shih tzu y bóxer. “El 40% de mi consulta son braquicefálicos. Y de ese total, el 65% llega con patologías oculares”, advierte.
Esto no es coincidencia. Estas razas presentan características anatómicas particulares que afectan directamente la fisiología ocular:
- Menor frecuencia de parpadeo.
- Alteración en la calidad y cantidad de la lágrima.
- Conformaciones craneofaciales que exponen más el globo ocular.
- Mayor probabilidad de úlceras, queratitis y epíforas.
“Un pug declarado sano por un colega que no hace oftalmología, muchas veces está enfermo”, afirma tajantemente Tardón. Su llamado es claro: los colegas deben advertir a los tutores desde el momento de la vacunación sobre el riesgo inherente que tienen estas razas.
Oftalmología de todos los días: mirada clínica y humana
Para el Dr. Tardón, la oftalmología veterinaria no debe quedarse en la teoría ni en libros. Su enfoque está basado en la práctica diaria, en ver cómo se manifiestan las enfermedades en pacientes reales, en contextos reales.
En su consulta, cada caso clínico se aborda como una oportunidad de aprendizaje colectivo. “No basta con describir lo que dice un libro. Hay que mostrar cómo se ve en la vida real. Eso es lo que realmente forma criterio”, asegura.
Además, destaca la importancia de devolver la experiencia al colega que remite el caso. “El 98% de mis pacientes son referidos. Siempre devuelvo un informe completo, con un mensaje tanto para el médico como para el propietario”.
La experiencia con Labyes: ciencia que se ve y se siente
Durante el evento Oftalmo Labyes en Bogotá, Tardón compartió también su experiencia clínica con productos desarrollados por el laboratorio argentino. “Conocí Labyes a fines de los 90. Nos enviaron muestras de Tears y Ciprovet, y no sabíamos cómo funcionaban. Pero nos solucionaron muchos problemas”.
Hoy, con respaldo científico y mayor conocimiento técnico, el Dr. Tardón confía plenamente en la gama de colirios de Labyes como herramientas fundamentales en su práctica diaria. “Lo interesante es que ahora sabemos cómo y por qué funcionan. Hay publicaciones, estudios y evidencia técnica. Ya no es solo intuición, es ciencia”.
Productos clave en su práctica:

- Tears Lágrimas: sustituto lagrimal con condroitín sulfato, ideal para ojos secos.
- Ciprovet y Tobramax: antibióticos de amplio espectro con componentes cicatrizantes.
- Ocubiotic: triple antibiótico con propiedades analgésicas.
- Tau oftálmico (con y sin esteroides): fórmulas versátiles para procesos inflamatorios e infecciosos.
Educación continua: el verdadero diferencial
Uno de los mensajes más inspiradores del Dr. Tardón es su visión sobre la formación profesional. “La universidad te da ladrillos y cemento, pero el castillo lo construyes tú. Y lo construyes con educación continua”, dice con convicción.
Invita a los veterinarios jóvenes a escribir, compartir sus casos, incluso desde redes sociales. “No esperes a publicar en una revista científica. Usa Instagram, Facebook, lo que tengas a mano. Comparte. Aprende enseñando”.
Este enfoque no solo eleva la profesión, sino que fortalece la confianza entre colegas y mejora los resultados clínicos en los pacientes.
La felicidad como brújula profesional
En una reflexión que trasciende lo técnico, el Dr. Rodrigo Tardón deja un mensaje poderoso: “Vinimos a esta vida a ser felices. Y más del 90% de quienes estudiamos veterinaria lo hacemos por felicidad. No olvidemos eso”.
Su recomendación es sencilla pero profunda: nunca perder de vista que detrás de cada consulta hay una oportunidad de bienestar, para el paciente y para el médico. Porque al final, la oftalmología no solo trata de preservar la visión de los animales, sino de mejorar la vida de todos los que los rodean.
Una visión clara para el futuro de la oftalmología veterinaria
Rodrigo Tardón representa una generación de médicos veterinarios que combina experiencia, ciencia y humanidad. Su historia personal da sentido a su trayectoria profesional, y su mirada crítica sobre la formación veterinaria es una invitación a construir un futuro donde todos los colegas puedan ver con mayor claridad —literal y metafóricamente— los desafíos de su práctica.
En tiempos donde los braquicefálicos son protagonistas en clínicas y hogares, la oftalmología no puede seguir siendo una materia olvidada. Debe convertirse en una prioridad de salud preventiva. Y ahí, el trabajo de Tardón y de laboratorios como Labyes marca el rumbo.
