Ecografía veterinaria: una herramienta clínica que transforma el diagnóstico
La medicina veterinaria del siglo XXI no puede entenderse sin la imagen diagnóstica. Y dentro de las herramientas disponibles, la ecografía veterinaria ocupa un lugar privilegiado por su accesibilidad, precisión y versatilidad clínica. Para el doctor Javier Rivas, médico veterinario con formación doctoral en la Universidad Complutense de Madrid y referente académico en imagenología, la ecografía no solo complementa el examen clínico: lo potencia, lo orienta y en muchos casos lo redefine.
El valor de la imagen como extensión del criterio médico
“La ecografía es una herramienta poderosa, pero su valor no está en la imagen como tal, sino en lo que el médico puede interpretar a partir de ella”, afirma el doctor Rivas. Desde su experiencia, ha visto cómo colegas con excelente formación teórica pueden sentirse perdidos frente a un ecógrafo si no tienen dominio de la técnica ni un enfoque clínico sólido.
El verdadero reto, explica, es correlacionar el hallazgo ecográfico con los signos clínicos, los exámenes de laboratorio y el comportamiento del paciente. “Uno no hace ecografía para ver algo bonito en pantalla, sino para responder preguntas médicas concretas. ¿Por qué este paciente vomita? ¿De dónde viene esta masa? ¿Estamos ante una piometra o una hiperplasia endometrial?”
Ecografía en tiempo real: decisiones que salvan
Para el doctor Rivas, uno de los mayores aportes de la ecografía es su capacidad para cambiar el curso de la consulta en tiempo real. “Un paciente que llega con dolor abdominal puede salir directo a cirugía si el ecografista detecta un cuerpo extraño, una torsión esplénica o una ruptura vesical. O, por el contrario, puede evitarse una cirugía innecesaria si lo que hay es un proceso inflamatorio manejable clínicamente.”
Esto convierte al médico ecografista en una figura crítica dentro del equipo de atención, especialmente en clínicas de primer contacto que deben tomar decisiones rápidas y bien fundamentadas.
Más allá del abdomen: una herramienta sistémica
Aunque la ecografía abdominal suele ser el punto de partida para muchos veterinarios, Rivas insiste en que la ecografía moderna va mucho más allá. Hoy en día se utiliza con excelentes resultados en:
- Evaluación prostática y testicular en machos enteros o geriátricos.
- Diagnóstico y monitoreo de patologías uterinas y ováricas en hembras.
- Identificación de alteraciones hepáticas o esplénicas en enfermedades infecciosas como los hemoparásitos.
- Análisis detallado del tracto gastrointestinal, incluyendo intususcepciones, cuerpos extraños y neoplasias.
- Evaluación de glándulas adrenales y páncreas, frecuentemente olvidadas, pero clave en endocrinología clínica.
“Los órganos más pequeños o más difíciles no son invisibles. Solo requieren técnica, paciencia y práctica. Y una vez se domina su búsqueda, se abren nuevas posibilidades diagnósticas que muchos veterinarios aún no están aprovechando”, asegura.
El informe: un acto clínico, no solo administrativo
Otro punto que destaca el doctor Rivas es la importancia del informe ecográfico como herramienta de comunicación y guía médica. “Describir lo que se ve no basta. Hay que emitir un concepto que ayude al colega tratante a tomar decisiones. Un buen informe dice: ‘estos hallazgos son compatibles con…’ o ‘se sugiere correlacionar con prueba X o procedimiento Y’. La ecografía no termina cuando se apaga el equipo, sino cuando el veterinario puede actuar mejor gracias a ella.”
Tecnología con criterio: más allá del botón
Hoy existen en el mercado colombiano ecógrafos de última generación, tanto portátiles como estacionarios, diseñados específicamente para veterinaria. Pero como bien lo resume Rivas: “Todos los equipos ven, pero el que ve es el médico.”
La relación entre médico y máquina, afirma, debe construirse con práctica. “Es como aprender a conducir. No se empieza con un Ferrari. Se empieza con un equipo acorde a la experiencia y al volumen de casos, y se evoluciona con criterio y formación.”
Construir comunidad desde la imagen
Uno de los aportes más importantes de la experiencia del doctor Rivas ha sido la creación de comunidades de colegas alrededor de la ecografía. “Entre todos construimos conocimiento: ‘yo tuve este caso, yo vi esto, tú qué opinas’. La imagen se convierte así en un punto de encuentro, de colaboración y de crecimiento colectivo.”
La imagen como acto clínico
En palabras del doctor Javier Rivas, “la ecografía no reemplaza al examen físico, lo enriquece. No reemplaza el criterio médico, lo proyecta. No reemplaza la clínica, la respalda.”
Para que esto ocurra, se necesita más que equipos: se necesita formación médica continua, humildad para desaprender lo aprendido, y disposición para ver, en cada imagen, una oportunidad de hacer mejor medicina.
