Del DINK al mercado colombiano: cómo el consumidor pet de EE. UU. anticipa la industria de mascotas en Colombia hacia 2026

2026 será el año en que el boom pet en Colombia se vuelve negocio serio.
No porque “hay más mascotas”, eso ya lo sabemos, sino porque se consolida un consumo estructural, con hogares que presupuestan la salud de sus animales al nivel de los servicios públicos y están dispuestos a hacer sacrificios financieros para sostener ese estándar de cuidado.

A partir del estudio sobre parejas de doble ingreso sin hijos (DINK) en Estados Unidos, y cruzándolo con los datos más recientes del mercado colombiano, podemos proyectar cómo se verá la industria de mascotas en 2026… y qué deberían estar haciendo hoy las empresas para no quedarse a mitad de camino.


1. Qué nos dice el estudio DINK en EE. UU. (y por qué importa para Colombia)

El estudio de Insurify, analizado por GlobalPetIndustry, dibuja un perfil muy claro: parejas de doble ingreso, sin hijos, con al menos un perro o gato, que giran buena parte de su presupuesto y tiempo alrededor de sus animales de compañía.

Algunos datos clave de ese estudio:

  • Gasto promedio: alrededor de US$159 al mes, unos US$1.906 al año por hogar.
  • Distribución del gasto (porcentaje de hogares que consumen cada categoría):
    • Alimento: 87%
    • Premios/snacks: 77%
    • Juguetes: 61%
    • Servicios veterinarios: 47%
    • Medicamentos: 35%
    • Grooming: 28%
    • Tecnología (dispositivos, cámaras, etc.): 6%
  • 70% de estos hogares hace sacrificios financieros concretos para mantener el nivel de cuidado:
    • 34% trabaja más o toma “side jobs”
    • 33% recurre a crédito
    • 29% deja de ahorrar
    • 15% pospone algún gasto en salud propia
  • Más de la mitad viste o accesoriza a sus mascotas, y una mayoría las define como “bebés peludos” o miembros de la familia.

¿Qué nos enseña esto?

  1. El vínculo emocional manda sobre la inflación. No es un consumo “discrecional cualquiera”; tiene prioridad alta en el presupuesto.
  2. El gasto no se concentra sólo en alimento: hay un portafolio amplio de experiencias, servicios y productos alrededor del bienestar y el vínculo afectivo.
  3. Aparecen patrones claros: presupuesto para veterinaria, snacks funcionales, juguetes, grooming y algo de tecnología (lento pero constante).

No podemos copiar y pegar estas cifras a Colombia: el ingreso disponible, el peso de la informalidad y la estructura del mercado son distintos. Pero sí marcan la dirección de un fenómeno que ya está ocurriendo aquí.


2. Radiografía rápida del mercado colombiano hacia 2026

2.1. Hogares con mascotas: de la anécdota al dato duro

En Colombia, la fotografía cambió por completo en cinco años:

  • En 2020, alrededor del 48% de los hogares tenía mascota.
  • En 2024, esa cifra sube al 58%.
  • En 2025, diferentes reportes del DANE y medios replican que casi 2 de cada 3 hogares (≈67%) conviven con al menos un animal de compañía.

Además, Kantar muestra que crecen los hogares con dos o más mascotas, lo que multiplica el gasto y la diversificación de marcas de alimento por hogar.

Traducción: esto ya no es un nicho, es un segmento de consumo masivo con varias capas de sofisticación.

2.2. Tamaño y crecimiento del mercado

Distintas fuentes coinciden en que el mercado colombiano de mascotas vive una expansión acelerada:

  • Euromonitor y medios económicos estiman que el gasto total en mascotas llegará a $6,1 billones de pesos en 2026, sumando alimentos, servicios, accesorios y otros.
  • Un análisis de Colombia Pet Care sitúa el mercado en unos US$0,64 mil millones en 2024, con un crecimiento anual cercano al 5,6% hasta 2033.
  • Bancolombia reporta que la industria de productos y servicios para mascotas creció cerca de 85% en los últimos cinco años, con un promedio de 13% anual.
  • Forbes, con datos de NielsenIQ, resalta que Colombia es el segundo país de Latinoamérica con mayor crecimiento en alimentos para mascotas, y que esta categoría ya mueve más de $1,2 billones al año, con un fuerte dinamismo en alimento para gatos.

A nivel regional, el mercado de pet care en Latinoamérica creció hasta unos US$11,4 mil millones en 2024 y mantendría un CAGR cercano al 5,8% hasta 2033, pese a la inflación.

Globalmente, los analistas proyectan un mercado de más de US$200 mil millones en 2025, empujado por la humanización y la preferencia por productos premium de salud y bienestar.

Es decir: Colombia está creciendo por encima del promedio global y alineada con el ritmo latinoamericano, con espacio amplio para seguir sofisticando oferta y márgenes.


3. De los DINK en EE. UU. a las parejas colombianas de doble ingreso

En Colombia no tenemos todavía un tracking tan fino del segmento DINK con mascota como el de Insurify, pero sí vemos señales convergentes:

  • La tasa de natalidad ha venido cayendo y crecen los hogares sin hijos o con hijos adultos.
  • Los informes de consumo muestran que el gasto en mascotas ya compite con rubros como servicios públicos o comunicación en la canasta mensual.
  • El porcentaje de hogares con perro (≈49–60%, según la fuente) y con gato (≈22–38%) está por encima del promedio global.

Si mezclamos esto con la tendencia global de soledad y búsqueda de compañía emocional —tema que ya se reconoce incluso en economía como un driver de nuevos mercados—, entendemos por qué las mascotas se convierten en eje afectivo del hogar urbano de doble ingreso.

¿Qué podemos extrapolar con prudencia del estudio DINK de EE. UU.?

  1. El gasto será cada vez más predecible y recurrente.
    Igual que en EE. UU., veremos más hogares colombianos con presupuesto fijo para veterinaria y alimento, no sólo gasto reactivo a enfermedad.
  2. El componente aspiracional se consolida.
    Premios, accesorios, grooming, celebraciones y experiencias especiales serán rubros crecientes, especialmente en estratos medios urbanos.
  3. El sacrificio financiero ya está presente.
    Con tasas de interés altas y presión sobre el ingreso real, decidir gastar en un alimento premium o en una cirugía costosa significa renunciar a otros consumos. El dato de que en EE. UU. muchos DINK posponen su propia atención médica para priorizar al animal es extremo, pero apunta a una lógica que en Colombia veremos adaptada a nuestro contexto de crédito y endeudamiento.

La conclusión no es “Colombia es igual a EE. UU.”, sino: el patrón psicológico es el mismo, pero operando con otra estructura de ingresos, informalidad y acceso a servicios.


4. 2026: del boom emocional a la madurez empresarial

Con todo lo anterior, 2026 marca el tránsito de la fase de “explosión” a la fase de “consolidación profesional” de la industria de mascotas en Colombia:

  • El mercado deja de ser sólo “una ola simpática” y se vuelve segmento estable en el consumo de los hogares.
  • Los jugadores que sobreviven no serán necesariamente los que primero llegaron, sino los que gestionen mejor su propuesta de valor, márgenes y datos.
  • La competencia ya no es sólo de producto, sino de experiencia, servicio, conveniencia y confianza.

Veamos cómo se traduce esto por vertical.


5. Proyecciones y oportunidades por segmento

5.1. Clínicas veterinarias: del modelo reactivo al modelo de membresía

El dato de que casi la mitad de los DINK en EE. UU. presupuesta las visitas veterinarias y que están dispuestos a gastar importantes sumas para salvar la vida de su mascota tiene un eco directo en Colombia: los estudios de Euromonitor muestran que una parte relevante de esos $6,1 billones proyectados para 2026 irá a salud veterinaria y servicios asociados.

Proyecciones concretas para 2026:

  • Mayor participación de la medicina preventiva frente a la medicina sólo reactiva: paquetes de vacunación, desparasitación, chequeos anuales, tamizajes de laboratorio.
  • Crecimiento de planes de salud, pólizas y membresías: esquemas de pago mensual que mezclan visitas incluidas, descuentos y beneficios, haciendo el gasto más predecible para el hogar y más recurrente para la clínica.
  • Mayor demanda de especialidades (cardiología, oncología, etología clínica, medicina felina) y equipamiento diagnóstico avanzado, impulsada por tutores más informados y dispuestos a pagar por soluciones de alto nivel.

El riesgo: clínicas centradas sólo en el “acto médico” y no en comunicación, experiencia y educación quedarán expuestas; el tutor DINK o de doble ingreso buscará claridad, empatía, seguimiento digital y transparencia en precios.

5.2. Pet shops y retail: del anaquel lleno al concepto curado

El comercio especializado vive un doble desafío:

  1. Compite contra grandes cadenas, discounters y e-commerce que usan precio y conveniencia como arma principal.
  2. Atiende a un consumidor que ya entendió que hay alimentos, snacks y suplementos con beneficios concretos (digestión, articulaciones, piel, peso, ansiedad, etc.).

Para 2026, es razonable proyectar:

  • Más tiendas migrando a un modelo de “zona premium” o “espacio experiencia” dentro del punto de venta: degustaciones, asesoría personalizada, rincones educativos.
  • Portafolios que combinen marcas globales y marcas locales con ingredientes colombianos (quinua, yuca, proteínas locales), alineadas con la tendencia de alimentos funcionales.
  • Mayor integración físico–digital: WhatsApp commerce, apps propias o marketplaces, con entrega rápida en barrios de alta densidad de mascotas.

La clave no será tener “de todo un poquito”, sino curaduría y relato: que el cliente entienda por qué vale la pena pagar más por cierto producto y cómo se conecta con la salud y el bienestar del animal.

5.3. Groomers: estética como necesidad emocional

El estudio DINK muestra que más de la mitad de los hogares viste o accesoriza a sus mascotas y que destina presupuesto a grooming profesional.

En Colombia, con un mercado de servicios en crecimiento cercano al 9–10% anual en la región, la estética canina y felina se consolida como:

  • Servicio de alto componente emocional, asociado a la autoestima del hogar (“mi perro/gato se ve bien”) y a la pertenencia a una comunidad.
  • Puerta de entrada para membresías mensuales: baño + spa + pequeños detalles sorpresa (pañuelo, accesorio, foto, etc.).
  • Espacio ideal para cruzar servicios: grooming + venta de snacks funcionales + asesoría básica en cuidado de piel y pelaje.

Hacia 2026 veremos una brecha más marcada entre:

  • Groomers comoditizados, compitiendo sólo por precio.
  • Groomers experiencia, que manejan agenda online, comunicación clara, bienestar emocional del animal, y que se articulan con médicos veterinarios para manejar casos complejos (dermatológicos, geriátricos, braquicéfalos, etc.).

5.4. Colegios, guarderías y turismo pet-friendly: la economía del tiempo

Si las parejas de doble ingreso y los hogares con más de una mascota siguen creciendo, hay una consecuencia obvia: alguien tiene que cuidar a los animales mientras los humanos trabajan o viajan.

Las proyecciones para 2026 incluyen:

  • Crecimiento de daycares urbanos con cámaras en tiempo real, reportes de comportamiento y programas de socialización formalmente diseñados con etólogos.
  • Mayor demanda en hoteles y servicios de hospedaje pet-friendly con estándares claros de seguridad, limpieza y manejo de estrés animal.
  • Aparición de paquetes integrados: colegio/guardería + plan de salud + alimentación incluida + transporte especializado.

En un país donde la economía del cuidado es un tema central y la participación laboral femenina viene aumentando, estos servicios cruzan dos tendencias: mujeres liderando hogares y mascotas como parte del núcleo familiar.

5.5. Industria de alimentos, snacks y nutracéuticos: salud como argumento dominante

Para 2026, la conversación global ya no será “concentrado versus comida casera”, sino:

  • ¿Qué beneficios específicos trae este alimento?
  • ¿Qué respaldo científico y regulatorio tiene?
  • ¿Qué ingredientes locales y sostenibles utiliza?

Las cifras apuntan a:

  • Un crecimiento sostenido del pet food en Colombia, con proyecciones de Euromonitor que ya sitúan el mercado por encima de los $5,9 billones y creciendo alrededor de 6% anual en valor.
  • Mayor participación del alimento para gato, alineado con la expansión de la población felina en contextos urbanos.

Quien gane en 2026 no será sólo quien fabrique más volumen, sino quien logre:

  • Segmentación fina (edad, tamaño, condición médica, estilo de vida).
  • Mensajes claros sobre salud, bienestar y sostenibilidad (envases reciclables, huella ambiental, origen de las materias primas).

6. Retos reales: no todo es color de rosa… ni de croqueta

Hasta aquí, todo suena muy prometedor. Pero un empresario serio en la industria pet en Colombia no puede ignorar varios frenos estructurales:

  1. Contexto macroeconómico moderado, no eufórico.
    El crecimiento del PIB colombiano se proyecta alrededor del 2–3% anual, con tasas de interés aún altas y consumo de los hogares bajo presión. Reuters+1
    • Traducción: el bolsillo no está infinito; todo gasto pet compite con otros rubros críticos.
  2. Informalidad y competencia desleal.
    Clínicas informales, groomers sin formación, venta de medicamentos y alimentos sin control sanitario: todo esto presiona precios a la baja y pone en riesgo la reputación del sector.
  3. Brecha de talento humano.
    La demanda de médicos veterinarios, auxiliares, groomers calificados y gestores de tiendas especializadas crece más rápido que la oferta bien formada.
  4. Saturación de oferta “más de lo mismo”.
    Cada vez que aparece una oportunidad (por ejemplo, snacks naturales), se llena de imitadores que compiten por precio sin diferenciarse, erosionando márgenes.
  5. Regulación en evolución.
    Temas como bienestar animal, normativas sanitarias, comercio electrónico de medicamentos, uso de antibióticos y suplementos están bajo la lupa y podrían endurecerse, impactando modelos de negocio.

La pregunta clave no es si el mercado seguirá creciendo (todo indica que sí), sino quién capturará ese crecimiento y quién se quedará atrapado en un modelo viejo compitiendo por centavos.


7. Qué deberían estar haciendo hoy las empresas del sector (si piensan llegar vivas y fuertes a 2026)

Para aterrizar, aquí van líneas de acción concretas, pensando específicamente en 2026:

7.1. Clínicas veterinarias

  • Diseñar y pilotear planes de salud y membresías con enfoque preventivo.
  • Invertir en comunicación clara y humana: explicar precios, tratamientos, pronósticos; educar en redes y en sala de espera.
  • Ordenar la data: frecuencia de visita, ticket promedio, patologías más comunes, tipos de hogar (solteros, DINK, familias con hijos) y ajustarse a ese mix.

7.2. Pet shops y cadenas

  • Pasar de “bodega” a curadores de bienestar: menos referencias repetidas, más portafolio intencional y explicado.
  • Implementar programas de fidelización con data útil (compras por especie, categoría, frecuencia) para anticipar necesidades.
  • Hacer alianzas con clínicas, groomers y guarderías para ofrecer soluciones integrales, no sólo productos.

7.3. Groomers

  • Formalizar procesos: historia del paciente, protocolos de bienestar, manejo de animales difíciles.
  • Construir membresías mensuales con valor percibido claro: siempre algo nuevo, siempre algo “wow” para el tutor.
  • Documentar antes/después, cuidar redes sociales, mostrar confianza y transparencia (videos cortos, stories del proceso).

7.4. Colegios y guarderías

  • Invertir en seguridad, protocolos y formación en comportamiento animal; eso será la base de la reputación.
  • Ofrecer reportes breves pero constantes (video, foto, nota de comportamiento), alineados con la idea de “párvulos” y “colegio” que el hogar tiene en la cabeza.
  • Trabajar con etólogos y veterinarios para crear programas de socialización, manejo de ansiedad y sobrepeso.

7.5. Fabricantes y marcas de alimento / snacks / suplementos

  • Basar el discurso en datos y evidencia, no sólo en storytelling emotivo.
  • Desarrollar líneas específicas para gatificación del mercado (más gatos, más productos pensados para ellos).
  • Apostar por ingredientes locales y sostenibles que conecten con el orgullo y la economía del país, sin sacrificar rigor nutricional.

8. 2026: la madurez pet como oportunidad… si se gestiona con cabeza fría

Mirando el conjunto:

  • El número de hogares con mascotas seguirá creciendo o estabilizándose en niveles altos (2 de cada 3 hogares).
  • El gasto anual proyectado para 2026 ya tiene una cifra clara: alrededor de $6,1 billones de pesos.
  • El comportamiento emocional que vemos en los DINK de EE. UU. es un espejo adelantado de lo que veremos, adaptado, en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y otras ciudades.

2026 no será “el año en que todo empieza”, sino el año en que queda claro quién se tomó en serio este mercado:

  • Quien invirtió en procesos, talento, data y propuesta de valor, jugará en ligas mayores.
  • Quien se quedó sólo en la intuición (“las mascotas están de moda”) estará peleando centavos en un rincón saturado.

La industria pet colombiana entra en su fase de madurez: más profesional, más exigente, más estratégica.
El reto ahora es simple (aunque no fácil): dejar de ver mascotas y empezar a ver modelos de negocio robustos alrededor de un vínculo afectivo que no va a retroceder.

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