Andrés Fernández y los 9 años de Puppis: liderazgo con propósito en una industria que debe unirse

En el mundo de los negocios de mascotas en Colombia, se habla mucho de crecimiento, aperturas, facturación y nuevos formatos. Pero pocas veces se pone sobre la mesa lo que hay detrás de esos números: las personas, los riesgos personales, las renuncias y la construcción silenciosa de cultura.

En el noveno aniversario de Puppis en Colombia, Andrés Fernández, cofundador de la marca en el país, aterriza esa conversación con algo que no se puede falsificar: trayectoria vivida. Desde llevar domicilios en un triciclo desbalanceado hasta liderar un ecosistema regional de casi 800 colaboradores, su relato mezcla vulnerabilidad, orgullo, llamado a la acción gremial y un mensaje incómodo pero necesario para el sector: esto solo se sostiene si lo hacemos juntos.


Del triciclo desbalanceado al equipo que ya no lo necesita para crecer

Andrés arranca la celebración con algo poco habitual en eventos corporativos:

“Antes que nada quiero agradecerle a Dios por tener aquí a todos reunidos y darnos la oportunidad de celebrar este 9.º aniversario de Puppis.”

Ese tono personal no es pose. Viene de alguien que se fajó los primeros años a pulso. Él mismo recuerda cuando Puppis Colombia era literalmente una tienda y un triciclo:

  • Tenían solo un punto de venta.
  • El domicilio se hacía en un triciclo amarillo con azul.
  • El triciclo estaba tan desbalanceado que, cuando llevaban un bulto al costado, Andrés tenía que compensar con su propio peso del otro lado para evitar que se volcara.

No es anécdota romántica; es contexto. Hoy Puppis es, en sus palabras, “un grupo de 310 personas. En Colombia somos 350, en Argentina son 110. Si tú sumas todos somos casi 800 personas a nivel regional”. Esa escala explica una frase clave de la entrevista:

“Lo que más me enorgullece hoy en día de Puppis es que ya tiene vida propia… yo ya no soy necesario.”

Eso, dicho desde el ego, sería tragedia. Dicho desde la madurez empresarial, es exactamente lo que cualquier fundador debería querer: un equipo que toma decisiones, hace crecer el negocio y sostiene la relación con los clientes sin depender de una sola cabeza.


Orgullo, propósito y una empresa que impacta vidas, no solo ventas

Cuando se le pregunta qué siente al mirar estos nueve años, Andrés no habla de EBITDA, ni de crecimiento compuesto, ni de número de tiendas. Dice:

“Orgullo… de haber construido una empresa sostenible, una empresa que genere propósito, una empresa que genere conexión con sus empleados.”

Ese cambio de eje es importante para cualquier gerente o dueño de negocio de la industria de mascotas: el propósito no es un poster; se valida en lo que pasa con la gente que trabaja en la organización.

Andrés lo aterriza en algo muy concreto: sus momentos favoritos no son las inauguraciones, ni las rondas de inversión, ni los grandes deals. Son los mensajes que recibe de colaboradores que le cuentan:

  • “Compramos con mi familia una casa”,
  • “Llevé a mi familia a conocer el mar”,
  • “Me compré una moto…”

Y remata:

“Para esa persona es un sueño y que reconozca que lo hizo gracias al trabajo que hacen, pues para mí es como mi momento favorito del día, de la semana, del mes.”

Eso es cultura. No un manual de valores, sino la conciencia de que el negocio sirve también como vehículo para que otros cumplan sus propios proyectos de vida.


De inspirar solo desde la cima a construir líderes que inspiran todos los días

Otro punto fino de la entrevista es la reflexión sobre el liderazgo interno. Andrés reconoce que, al principio, el equipo veía en él al único “inspirador oficial”:

“A mí lo que me costaba al principio es que eran personas muy capaces, muy profesionales, pero como que de alguna forma tenían toda la confianza en que el que inspirara a la gente fuera yo.”

Hoy, uno de sus mayores orgullos es ver cómo sus líderes intermedios y directivos:

  • Inspiran en entrevistas.
  • Conectan con sus equipos en el día a día.
  • Desarrollan gente.
  • Retan a sus colaboradores a llegar a nuevos niveles.

“Ya ver en este momento cómo ellos… logran no solamente conectar, inspirar, sino además de todo desarrollar sus equipos… es algo que me sorprende todavía y me llena de orgullo.”

Para cualquier empresa de la industria de mascotas que esté creciendo, el mensaje es clarito: si tu modelo depende de un solo rostro, estás en riesgo. El verdadero salto de escala ocurre cuando los mandos medios también son referentes, mentores y motores de cultura.


Aprender a disfrutar el camino: menos estrés por metas, más conciencia del recorrido

Hay una parte especialmente honesta de la conversación: Andrés admite que durante años se dejó consumir por las metas, los números y la presión de crecer.

“Estaba muy estresado por las metas, por los números, por crecer y siento que durante un tiempo se me olvidó disfrutarlo y celebrarlo.”

Nueve años después, su lectura ha cambiado:

  • Celebra no tanto “cuánto tiempo ha pasado”, sino qué se ha logrado en cada año.
  • Valora el vínculo con los clientes, no solo la facturación.
  • Disfruta cosas tan simples como que la gente le diga que le encanta ir con su perro o su gato a las tiendas, que los animales se paseen, que el espacio se sienta vivo.

Y deja una frase que cualquier empresario debería subrayar:

“Es como no olvidar que el camino es tan importante como el destino y que realmente ya hoy en día no es que quiera llegar a un lugar, simplemente quiero seguir disfrutando del recorrido.”

Traducido al lenguaje de negocio: crecer sí, pero no a costa de quemar al equipo, romper la cultura o dejar de vivir la empresa que se está construyendo.


Un llamado directo al gremio: o nos unimos, o otros escribirán la historia

La parte más estratégica de la entrevista no es sobre Puppis, sino sobre la industria en general. Andrés lanza dos mensajes a las empresas que llevan 5, 10 o más de 20 años en el sector:

  1. Tienen mucho más poder del que creen. “Siento que todas esas empresas que han estado cinco, diez, más de 20 años en la industria tienen todo para poder defenderse frente a cualquier competidor que llegue… van a poder competir contra cualquiera que entre.” En otras palabras: la experiencia acumulada en este sector vale oro… siempre que se use de forma inteligente.
  2. La probabilidad de resistir y crecer aumenta si lo hacen juntos. “La probabilidad de que eso suceda es mucho mayor si lo hacemos juntos. Como gremio. Me parece que falta mucha más unión.”

Andrés menciona explícitamente el gremio creado en Fenalco, que poco a poco ha ido sumando miembros, pero insiste en que falta más:

“Si como sector especializado nos unimos, lograremos crear más valor y lograremos evitar que esto termine convirtiéndose en un canal que no tiene asesoría como su eje principal.”

Ahí está el corazón del asunto:

  • Si el sector no se organiza, la categoría corre el riesgo de comoditizarse.
  • Si la venta de productos para mascotas se reduce a precio y entrega rápida, sin asesoría, la propuesta de valor de tiendas especializadas, clínicas y pet shops se diluye frente a jugadores generalistas o gigantes de retail y e-commerce.

El diferencial está clarísimo:

“La asesoría como eje principal… es lo que permite que los tutores sean mejores tutores y le den mucho más bienestar a sus mascotas.”

Es decir: el futuro de la industria no está en vender más bultos, sino en ser indispensables como fuente de criterio y acompañamiento.


Gratitud radical: socios, clientes y equipos como razón de ser

Casi al cierre, Andrés vuelve a lo básico: la gratitud. No es una cortesía superficial, es una declaración de identidad:

  • Agradece a los socios estratégicos, “los que nos dan productos para poder atender a las mascotas y sus tutores que nos visitan”.
  • Agradece al equipo, desde los líderes hasta la gente de tienda, porque son quienes se encargan de fidelizar al cliente todos los días.
  • Agradece a las personas que han confiado en Puppis estos nueve años, que siguen visitando las tiendas, acompañando las aperturas, usando las clínicas y creyendo en la marca.

“Gracias a cada persona que creyó en nosotros, no solamente hace nueve años, sino que sigue creyendo en nosotros cada día… gracias por tener a Puppis y porque Puppis sea quien es hoy gracias a ustedes.”

Para cerrar, reconoce a Pet Industry como comunidad de gestión y negocios para la industria de mascotas, haciendo visible algo que a veces se olvida: este es un ecosistema, no una isla. Los medios especializados, los gremios, los proveedores, las clínicas, los distribuidores y las tiendas están en el mismo tablero.


Lo que esta entrevista le dice al empresario de la industria de mascotas

Más allá de la historia puntual de Puppis, la conversación con Andrés Fernández deja varios mensajes accionables para gerentes y dueños de negocios del sector:

  1. La cultura se prueba en los sueños que cumple tu gente, no en los slogans. Si tus colaboradores no sienten que su calidad de vida mejora gracias a la empresa, algo está roto.
  2. No puedes ser el único motor de inspiración. Si tu equipo depende de ti para motivarse, el crecimiento está limitado. Formar líderes que inspiren, desarrollen y reten a otros es una inversión, no un lujo.
  3. La presión por las metas sin espacio para celebrar te roba el negocio y la vida. Crecer sí, pero entendiendo que el trayecto importa tanto como el resultado.
  4. El mayor riesgo del sector es la desunión. Si clínicas, pet shops, tiendas especializadas y distribuidores no se organizan, el juego lo terminan ganando quienes solo compiten por precio y volumen, sin asesoría ni propósito.
  5. La asesoría es el corazón del canal especializado. El día que el cliente deje de percibir valor en la conversación con el equipo de la tienda o la clínica, ese día la categoría se convierte en una estantería más.

En su noveno aniversario en Colombia, Puppis celebra mucho más que un hito cronológico. Celebra haber demostrado que se puede crecer, escalar y profesionalizar el negocio manteniendo una idea sencilla pero exigente: las mascotas primero, siempre, pero con un modelo empresarial que también pone a las personas —empleados, aliados, clientes— en el centro de la ecuación.

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