Equidad que transforma: una conversación urgente y un compromiso permanente en la industria veterinaria

Desde 2020, Pet Industry y Boehringer Ingelheim han liderado una conversación profunda y valiente sobre el rol de la mujer en la industria de animales de compañía. No se trata de una causa simbólica, sino de una apuesta estratégica: cuando se abren espacios de equidad, la industria crece, se fortalece y se vuelve más humana.

La más reciente edición de Mujeres Pet Industry, realizada en alianza con la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional, fue un punto de encuentro entre generaciones, sectores y experiencias diversas. Fue, sobre todo, una reafirmación: la equidad de género no es un favor ni una cuota, es una necesidad para construir entornos laborales sostenibles, creativos y justos.

Sandra Velásquez, gerente de ventas de Boehringer Ingelheim, recordó que la equidad de género es uno de los tres pilares de la estrategia de diversidad e inclusión de la compañía, junto con la diversidad geográfica y generacional. “Esto no es solo una narrativa social —afirmó—. Hay datos que demuestran su impacto en productividad, innovación y cohesión.”

El foro virtual abordó cuatro temas que permiten pasar del discurso a la acción:

  • Equidad y economía: Angie Roa, gerente de PetSupplet, compartió cómo su empresa ha crecido de la mano de mujeres que encontraron allí su primera oportunidad. Sin títulos, sin experiencia previa, pero con talento, disposición y sentido de propósito. “La equidad no se predica, se practica cada vez que elegimos dar una oportunidad sin prejuicios”, dijo.
  • Discriminación impositiva: Daniela Ramos, practicante en Boehringer Ingelheim, abordó el efecto silencioso de imponer cuotas sin cambiar la cultura de fondo. “La inclusión empieza en el aula, en la casa, en cómo hablamos, en cómo lideramos. No es sumar cuerpos, es sumar voces que valen por lo que saben y hacen”, afirmó.
  • Cultura ciudadana: Magda Carrillo, microbióloga y empresaria, subrayó que el ejemplo cotidiano es el principal motor de transformación. Su relato, profundo y honesto, evidenció cómo el apoyo familiar, el trabajo en equipo y la coherencia personal han sido claves para mantener durante más de dos décadas su laboratorio clínico veterinario, en un sector históricamente adverso para las mujeres líderes.

Este foro, moderado por Inma Aragón y Marcela Raigosa, no se limitó a hacer diagnósticos: dejó claro que el compromiso con la equidad debe ser cotidiano, transversal y consciente. Que empieza por reconocer nuestras fortalezas, aceptar la vulnerabilidad y actuar desde el respeto. Que se nutre del cuidado, del ejemplo y de la voluntad de no repetir lo que nos limita.

Las voces que participaron coincidieron en algo esencial: no basta con evidenciar la desigualdad. Hay que convertir esa evidencia en acciones concretas. Flexibilizar turnos, fomentar liderazgos diversos, dar espacio a las emociones, contratar por habilidades más que por diplomas. Eso también es gerencia.

Y, sobre todo, urge seguir creando entornos donde ser mujer no implique justificarse más, demostrar más o aguantar más.

Como se dijo al cierre del evento: el objetivo no es hablar de mujeres líderes. Es llegar al punto donde simplemente hablemos de líderes.

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