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De la selva guaraní al realismo mágico de Cartagena de Indias

Los destinos de cada uno de nosotros están escritos o se escriben con base a las vivencias y experiencias personales y familiares a lo largo de nuestras vidas. En el caso mío, hasta los 7 años viví en la selva rodeado de arroyos, ríos y animales salvajes. Vivía en una comunidad nativa, donde el idioma era el guaraní, lengua hablada por los aborígenes del Paraguay, sobrevivíamos gracias a la pesca, la caza de animales salvajes y cultivos rutinarios de yuca, batata, entre otras plantas ornamentales.

Cierto día, llegó un hombre a la comunidad, me sacó de la selva y me llevó a un pueblo de 5.000 habitantes localizado a unos 100 kilómetros de distancia. En ese lugar me compran ropa, zapatos, sombreros y juguetes; era la primera vez que usaría zapatos y ropa en mi vida.

Ese hombre era mi padre, quien me recogió y me reconoció como su hijo legítimo, y desde aquel entonces soy Mariano Tischler Araujo.

Fue difícil acostumbrarme a la nueva realidad: nuevos idiomas, nueva familia y hasta nuevas comidas; pase de comer animales salvajes a comer chorizo, chucrut, asado, fiambre y yogurt; pase de andar desnudo y correr descalzo a estar con pantalón, camisa, calcetines y hasta con zapatos; pase de hablar guaraní, a tener que aprender el español y hasta el alemán.

Mi padre me ha enseñado que las oportunidades están siempre presentes en la vida, pero también que hay que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para sacar el máximo provecho a cada una de esas oportunidades.

Sin lugar a dudas, la vida es siempre difícil, complicada, con altos y bajos, pero cada uno define como desea vivir la vida que le ha tocado. En mi caso, he decretado que voy a vivir la vida al máximo, dando gracias a todos los que contribuyeron en mi desarrollo como persona y como profesional, retribuyendo a la comunidad desde mi vereda, haciendo un aporte sustancial. Llegué a Santiago de Chile a estudiar Medicina Veterinaria el año 1993, salí como egresado en el año 1998 y obtuve el título en año 1999. En el 2003 desarrollé mi primer emprendimiento, la Clínica Veterinaria Portal Mayor, la cual funciona hasta la actualidad, dando trabajo directo a 12 personas.

En el año 2015 desarrollamos Colchagua Business Veterinary, el primer Congreso Veterinario Business de la industria veterinaria, el cual en el 2020 llegará a su sexta versión, siendo un espacio donde se reúnen más de 300 empresarios de la industria veterinaria, quienes durante tres días y dos noches comparten sus experiencias empresariales y cierran un volumen importante de negocios.

En el año 2016, desarrollamos Business Veterinary Magazine, la revista de negocios de los empresarios veterinarios, la cual tiene tres ediciones anuales.

En el año 2018, desarrollamos Pet & Coffee, una clínica veterinaria diferente, pensada para los dueños de mascotas amantes del buen café.

En el año 2019, desarrollamos Panamá Business Veterinary, convirtiendo a este evento como el Congreso Veterinario Business de Panamá y Centro América.

Los sueños y desafíos siguen presentes y uno muy importante nos convoca el año 2020: el Cartagena Business Veterinary en el majestuoso Hotel Conrad, que albergará a los más selectos empresarios veterinarios de Colombia para hablar sobre la contingencia nacional e internacional que afectan a la industria, para compartir experiencias empresariales y sobre todo para hacer muy buenos negocios.

Los invito a soñar y a vivir la vida que nos ha tocado a cada uno de nosotros, como dice una canción: caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Nos vemos en

El 7, 8 y 9 de octubre

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